Carlos
Batista *
La
Habana.- Si el escritor colombiano Gabriel García Márquez la ha
vivido para contarla, el cubano Alberto Korda la vivió de manera muy
intensa, casi atropellada, para fotografiarla.
Nada
extraño hay entonces en que la exposición montada por amigos y
admiradores en la Casa de las Américas, en octubre pasado en la
capital cubana, para conmemorar el 75 cumpleaños del artista lleve
por título el mismo de la conocida canción de Violeta Parra:
Gracias
a la vida.
Se
trata de 317 fotos, 129 salidas del lente de Korda, y el resto de
otros artistas que fotografiaron a Korda, entre ellos los mexicanos
Aníbal Angulo, Carlos Contreras y Héctor Cruz Sandoval; de sus
amigos cubanos Roberto Chile, Raúl Corrales, Liborio Noval, entre
otros coterráneos, así como de Francia, Italia, Estados Unidos,
España, Japón, Austria, Alemania y Brasil.
“Tratamos
de lograr los momentos que transitó por diferentes géneros
fotográficos, como la foto artística, de moda, prensa, submarina,
retratos, hasta completar ocho temas básicos, en cinco salas
físicas”, explicó Lesbia Vent Dumois, quien con el fotógrafo
Mario Díaz corrió con la curaduría de la muestra.
Añadió
que “se buscó que la exposición no tuviera un carácter solemne,
porque él no lo era; esto es una fiesta”.
La
mejor imagen de Korda, sin embargo, se obtiene en el epitafio que
escribió su amigo, el también fotógrafo José Alberto Figueroa:
“Queridos
amigos: hoy las madres y padres celosos de mujeres hermosas de La
Habana van a dormir tranquilos; Alberto Korda murió. Estoy seguro de
que muchas de ellas dormirán tristes por no haberlo conocido. Murió
como vivió, a todo tren, en París, rodeado de amigos, homenajes y
jóvenes hermosas mujeres.
“Visitó
todos los países imaginados y por imaginar. Hizo de las suyas en
aviones, trenes y bodas, y siempre salió por la puerta grande.
Fotografió y abrazó a presidentes, secretarios, Papas, premios
Nobel y pueblo. Fumó donde quiso, aviones, aeropuertos, trenes,
baños públicos, museos, ómnibus y casas. Llamó en sus narices
‘criminales y monstruos’ a los aludidos, usó su dinero y siguió
fumando. Le ofrecieron de todo para tomar, pero sólo tomó (ron de)
‘tres años’.
“Fue
el primer millonario cubano pobre, y siguió adelante; el segundo
cubano en estar en el libro Guinness
de récords, y siguió adelante; el hombre con más reproducciones de
su obra en t-shirts
y ceniceros, y siguió adelante; el hombre con más mujeres hermosas
en su haber, y siguió adelante; el artista cubano con más
documentales, y siguió adelante; el hombre que perdió por dos veces
la mayor
parte
de su obra, y siguió adelante. En fin, el hombre que además tuvo la
delicadeza de morirse en París, debido al fallo de su único órgano
sano –después del otro-- para darnos a todos nosotros unos días
de respiro antes de acostumbrarnos a su ausencia.
“Levanto
mi copa. Los invito a ustedes. Figueroa.”
Alberto,
el hombre
Para
muchos en Cuba y otros países del mundo, Korda fue simplemente “el
de la foto del Che”,
la imagen de Ernesto Che
Guevara divulgada en millones de copias por el mundo en cuanto
soporte se pueda imaginar, e íntimamente ligada a la iconografía de
la izquierda mundial, donde el guerrillero cubano-argentino ocupa un
lugar importante.
Los
que lo conocieron, recuerdan a un hombre delgado, pero vital,
generalmente vestido de kaki beige, pañuelo rojo atado al cuello,
chaleco de fotógrafo, un permanente cigarrillo en la mano izquierda,
un trago de ron en la derecha.
“Alberto
era una gente muy especial. Le gustaba el canto, sobre todo cantar
tangos; tenía una agradable voz de barítono”, recordó su amigo
el también fotógrafo Mario Díaz, en una reciente entrevista. Y
añadió: “También le gustaba mucho recitar, recitaba poemas
suyos, porque escribía, y de otros; le encantaba la poesía de
(Pablo) Neruda y conocía también a (César) Vallejo”.
Otro
profesional de la cámara recuerda que “le cantaba las 40 a
cualquiera, incluso llegó a interrumpir un discurso del comandante
para hacer una aclaración. Cuando le ‘escanié’ por primera vez
la foto del Che,
brincaba de alegría, parecía un niño”.
Alberto
Díaz Gutiérrez nació en La Habana el 14 de septiembre de 1928.
Tuvo diversos oficios: contador, vendedor ambulante, investigador de
mercado, vendedor de productos farmacéuticos, de la compañía
jabonera y de detergentes Sabatés y de máquinas Remington.
Un
día se compró una cámara fotográfica, la que usaba los domingos.
En cierta ocasión fue al estudio del fotógrafo Newton Estapé para
venderle una sumadora. Para ganarse al cliente, con su simpatía
personal, le comentó que él también hacía fotos, y Estapé quiso
verlas.
El fotógrafo, que murió de un infarto a los 72 años cuando dormía la
siesta, siempre dijo que la foto del Che -tomada en La Habana, en un
funeral por las cien víctimas del sabotaje del barco La Coubre- fue “un
instante de suerte”.
“El
que me atrajo a mi fue él, pues me convenció de que me dedicara a
la fotografía y al fin no le vendí la sumadora”, comentó Korda
años después.
Más
tarde conoció a otro fotógrafo, Luis Pierce (1912-85), con quien
fundó los estudios Korda en la calle 21 No. 15 entre N y O, en el
Vedado. Inspirados en dos importantes cineastas húngaros, Zoltan y
Alexander Korda, toman el apellido como nombre comercial del estudio,
aprovechando también el parecido fonético con la marca fotográfica
Kodak.
En
el estudio Korda, Alberto y Luis, ya con el nombre comercial como
apellido, se dedicaron durante años a publicidad, retratos y fotos
de moda, donde los encontró la revolución de Fidel Castro el 1 de
enero de 1959.
Una de las fotografías de mayor valor histórico
es la de la entrada en la Habana, el 8 de enero de 1959, de Fidel
Castro y el héroe de la Revolución Camilo Cienfuegos, ambos empuñando
subfusiles, imagen que lanzó la carrera fotográfica de Korda.
Esta
historia, esclarecida por el investigador Rufino del Valle, es poco
conocida incluso en Cuba, donde a veces por error se le atribuyen a
Alberto fotos de Luis, como es el caso de una muy conocida en la
isla: la entrada de Fidel Castro el 8 de enero de 1959 a La Habana,
donde aparece junto al comandante Camilo Cienfuegos.
Ya
para esa fecha se había divorciado de su primera esposa, con la que
tuvo una hija, y poco después se casó con Natalia Menéndez, una
modelo que con el nombre profesional de Norka tuvo mucho que ver en
su vida íntima y profesional.
Retirado
Luis del oficio, y fallecido después, Alberto quedó solo con el
nombre de Korda, con el cual entra a trabajar al periódico
Revolución,
y acompaña a Fidel Castro en muchos de sus recorridos, tanto fuera
de Cuba, como en sus provincias.
Korda
confesaba tres grandes pasiones en la vida: “Amo a las mujeres
hermosas, el mar y la Revolución” y, según sus allegados, con las
tres fue consecuente hasta el final de sus días.
Después
de un tercer matrimonio y otro par de hijos, Korda se divorció
nuevamente para no volverse a casar, pero sí a compartir su vida con
jóvenes y hermosas mujeres, algunas de las cuales transitaron por su
pequeño apartamento de Miramar, frente a la desembocadura del río
Almendares, donde vivía con su anciana madre.
El
corresponsal visitó el apartamento donde ahora vive otra persona,
pero que aún conserva algunos de los objetos de Korda. Una
habitación de unos siete metros de ancho por tres de fondo, servía
de sala, comedor, bar y cocina. El resto de la casa son dos
dormitorios y un baño. No hay patio ni lavadero.
En
esta causa austera, adornada con mucha sencillez, pero con ojo de
artista, Korda recibió, bebió y conversó con muchos de los
maestros de la fotografía mundial, pero también con novatos y
aprendices que pasaron un día a buscar consejo o ayuda.
Ahí
tenía sus libros, sus discos de tango, sus fotos y su vida: la
mayoría de sus negativos fueron donados en vida al Consejo de Estado
cubano, que los guarda en sus archivos.
En la imagen, un hombre asiste a un mitin en La Habana, foto conocida como El Quijote de la farola.
Korda, el fotógrafo
Algunos
especialistas sostienen que Korda tenía algunos conocimientos
técnicos de fotografía, pero muy pocos de estética: su gran dote
era una increíble intuición para la belleza y la oportunidad.
“Creo
que (la foto) está en la mente del fotógrafo y la mayor parte de
las veces en la ampliadora”, le dijo al periodista Ciro Bianchi
poco tiempo antes de morir. La intuición lo llevó a hacer sus
grandes fotos: la famosa del Che,
la del campesino que en 1959 se encaramó en una alta farola durante
una concentración, la de la niña con la muñeca de palo.
FOTOS: KORDA
En algunas de las fotos se ve al Che y a Fidel jugando al golf en uniforme militar.
“Vi
de pronto a aquel campesino que trepaba por la base de la farola como
si fuese un gato: llegó arriba, se instaló, encendió un cigarrillo
y disfrutó del acto como si estuviese en un palco. Me impresionó y
tomé la foto”, contó 42 años después.
Siempre
trabajó con luz natural, tanto en las fotos de desnudos con sus
modelos, en publicidad, en los retratos, o en las fotos de prensa.
Durante años usó una vieja cámara Leica, que después sustituyó
por otras Nikon o Canon para los 35mm o una Hasselbland para los 120
mm, con rollos de 400 asas y varios lentes. “Es muy importante
saber escoger el lente que lleva una foto”, sostuvo.
FOTOS: KORDA
Miliciana. El rostro de una joven y bella guerrillera cubana
Entre
1959 y 1969 Korda fue reportero de Revolución
y durante un breve tiempo de Granma.
Es la época de sus grandes fotorreportajes y sus fotos de Fidel, el
Che
y otros líderes de la Revolución, unos 12 mil negativos. Pero a
diferencia de muchos fotógrafos oficiales, Korda nunca retrató en
Castro al líder, sino al hombre, “y eso era relativamente fácil
de conseguir, pues no había más que seguirlo y fotografiarlo en sus
actos cotidianos”, dijo al respecto.
Quizás
la foto de Castro tomada por Korda más conocida en Cuba, es en la
que está en una montaña, de perfil, con su mochila y fusil. Fue
tomada durante un recorrido del comandante por la Sierra Maestra,
después del triunfo de la Revolución.
Durante
la crisis
de los misiles,
en octubre de 1962, la foto fue reproducida en miles de carteles que
inundaron la isla con la consigna de “¡Comandante en jefe,
ordene!”. “Nunca me gustó esa foto, Fidel luce muy rígido, me
hubiera gustado que se mostrara más relajado”, sostuvo Korda.
El
estudio Korda fue nacionalizado en 1968. Tras dejar el periodismo, se
dedicó durante 12 años a la fotografía submarina, sin abandonar la
foto de modas (que le permitía vivir) y las de otros modelos
femeninos.
La
foto más reproducida del mundo
El
5 de marzo de 1960, Korda asistió como fotógrafo de Revolución
a un acto en la esquina de 23 y 12, en La Habana, donde se rendía
tributo a las 136 víctimas de un sabotaje contra el carguero francés
La
Coubre,
que había transportado armas para Cuba.
En
la tribuna estaban los más importantes dirigentes de la Revolución
y algunos invitados extranjeros, como Simone de Beauvoir y Jean Paul
Sartre. Fidel Castro pronunciaba un vehemente discurso y Korda
recorría la tribuna con un lente de 90mm montado en su vieja Leica.
En
la segunda fila de la presidencia, el Che
Guevara seguía el acto con el abrigo cerrado, el pelo desordenado y
la boina negra con la estrella dorada de comandante rebelde.
Fue el 5 de marzo de 1960 cuando Korda hizo la foto al 'Che', quien en
ese momento e encontraba junto al resto de la dirección política cubana,
en el entierro de las víctimas de la explosión de un buque ondeado en
La Habana.
“Cuando
de pronto aparece desde atrás la figura legendaria del Che
ante mi cámara. La expresión de sus ojos fue tan fuerte que me
turba unos instantes, me muevo, me tambaleo, pero inmediatamente
oprimo el obturador y tomo dos fotos. Acto seguido la figura
desaparece de nuevo por el fondo. No fue concebida, fue intuida”,
relató Korda años después.
Contrariamente
a los que algunos han afirmado, el periódico Revolución
sí publicó la foto un tiempo después, y Korda murió con la duda
de si Guevara, aún en Cuba, la vio alguna vez.
Pero
el negativo durmió el sueño del archivo por varios años, hasta que
después de la muerte de Guevara en Bolivia en 1967, es encontrado en
la colección personal de Korda por el editor italiano Giangiacomo
Feltrinelli, quien la reproduce en un gran cartel de un metro por
70cm, que se dispersa por Europa en un millón de ejemplares, en sólo
los seis primeros meses.
Alberto Korda sosteniendo el negativo de la imagen más icónica del mundo.
“Guerrillero
heroico”, título que le dio Korda a la foto, se convirtió en la
imagen más reproducida del planeta, y la crítica la considera una
de las cien mejores piezas de la historia de la fotografía, y entre
los diez mejores retratos.
En
el 2000, la marca de vodka Smirnoff utilizó la foto para su
publicidad. Korda la demandó y ganó precisamente el 14 de
septiembre, día de su cumpleaños.
Este
año, la foto fue utilizada también en una propaganda anticastrista
distribuida en París por la organización Reporteros sin Fronteras,
en una campaña para desestimular el turismo hacia Cuba. La imagen
del Che
fue incorporada a la silueta de un guardia francés antidisturbios de
mayo de 1968, en París.
Diana
Díaz, la única de los cinco hijos de Korda que vive actualmente en
Cuba, reclamó ante los tribunales franceses y ganó el pleito.
Korda,
el más versátil de los fotógrafos cubanos, murió en París el 25
de mayo del 2001. Dos años después, su fantasma sonriente y un
tanto escandaloso aún deambula por La Habana, en sandalias sin
calcetines, con un eterno cigarrillo, un trago de ron y el ojo
avizor: para las mujeres bellas y las fotos excepcionales.
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* Carlos Batista es el pseudónimo del corresponsal en Cuba del semanario mexicano Proceso y la agencia Apro, que difundió esta nota, reproducida en SdP con la autorización expresa de su editor internacional.
Publicado el 4 nov. 2010
Hay una buena posibilidad de que Alberto Korda fuera el responsable
de las fotos que usted ha visto desde los tempranos y embriagadores
días de los campesinos con bandera de la Revolución Cubana,
barbudos armados con rifles, pero también (y especialmente) a Fidel
y al Che en sus horas libres , pescando, disfrutando de un
cigarrillo, jugando una legendaria ronda de golf en trajes de combate
en lo que antes era un club de campo para la élite de La Habana. El
fotógrafo cubano más famoso del mundo captó aproximadamente 55,000
fotos con temas de la Revolución, todo un logro en esos días
pre-digitales, y en un lugar donde el equipo fotográfico y los
suministros no siempre estaban disponibles. Pero su verdadero logro,
por el cual siempre será recordado, fue su imagen mesiánica del Che
Guevara, que Korda tituló Guerrillero Heroico. http://havana-cultura.com/en/visual-a ...
Fuentes:
http://www.abc.com.py/mundo-curioso/se-subasta-por-20000-dolares-la-camara-con-la-que-korda-fotografio-al-che-1524537.html (imagen)
https://proyectopuente.com.mx/2016/10/04/subastan-camara-la-korda-capto-al-che/ (imagen)
http://eldia.es/cultura/2016-03-05/3-cumplen-anos-mitica-foto-tomada-Korda-Che-Guevara.htm (imagen)
https://elpais.com/cultura/2010/02/24/album/1266966002_910215.html#foto_gal_3 (imágenes)
http://www.fototecadecuba.com/Material con fines didácticos para la clase de Fotografía del PNF de Coimunicación Social de la Misión Sucre, Aldea Universitaria "Manuel Palacio Fajardo", parroquia 23 de Enero, Caracas.
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